Otros temas: Los collas piden que intervenga Clinton. Protestan en Munro por las emisiones de una empresa química.


WASHINGTON.- Abel Reynoso, un argentino con ciudadanía de los Estados Unidos desde hace 30 años, se hará cargo de la oficina de la DEA (agencia norteamericana de lucha contra las drogas) en Buenos Aires, según lo confirmó ayer a La Nación el secretario de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico, Julio César Aráoz.

De ello se enterará hoy por la mañana el director del organismo, Thomas Constantine, en una reunión durante la cual Aráoz le entregará el decreto de la Cancillería, firmado por Carlos Menem, por medio del cual Reynoso podrá desempeñar sus funciones en la Argentina como si fuera norteamericano.

Aráoz verá hoy también a Stanley Morris, director del FinCen (oficina de crímenes financieros), y a Jane Becker, secretaria asistente para asuntos internacionales de narcotráfico del Departamento de Estado.

La designación del agente especial Reynoso, de 42 años, nacido en Lanús, ex policía de Los Angeles, hoy a cargo de la Dirección de Asuntos Públicos de la DEA de esa ciudad de California, en donde vive desde los 12, encontró desde el comienzo un obstáculo casi insalvable: la nacionalidad argentina, de la que no se puede despojar, le habría quitado en nuestro país la inmunidad plena de la cual gozan los diplomáticos extranjeros.

Esto, en el cargo que ejercerá, le ocasionaría innumerables problemas, ya que podría ser juzgado como argentino en caso de que tenga algún inconveniente legal. De ahí los pedidos al Gobierno, cuya primera decisión fue otorgarle la inmunidad parcial.

 

REGIMEN DE EXCEPCIÓN

En ese momento contactaron en esta ciudad al consultor argentino Patricio Lombardi, en buenas relaciones con la DEA desde hace tiempo. Su estrategia, según contó ayer a La Nacion, consistió en apelar a una excepción de la Convención de Viena, reguladora de los status diplomáticos. La propuesta fue aceptada entonces por Menem, vía Aráoz.

De la inquietud de los norteamericanos se hizo eco hasta la secretaria de Justicia, Janet Reno, en charlas con el ex embajador Raúl Granillo Ocampo, hoy su par en la Argentina, según relató Aráoz.

Una de las próximas misiones de la DEA en nuestro país será realizar una tarea conjunta con Bolivia y con Paraguay en la denominada zona caliente de la droga: la frontera con esos países.

Pero antes Bill Clinton irá a la Argentina en su visita oficial de 16 y 17 de octubre. Y, como lo señaló una fuente del Departamento de Estado, no les hablará sólo a los argentinos, sino también a sus compatriotras. Razón más que suficiente para que el tema droga no falte en el discurso.

En palabras de Aráoz: "Fracasaron todas las políticas represivas. Esto no se soluciona con más gendarmes mientras tengamos en claro que el drogadependiente es un enfermo y que el narcotraficante es un delincuente. Debemos asumir que las drogas forman parte del poder".

Esto no significa, sin embargo, que los Estados Unidos alienten el trabajo policial ni de inteligencia de las Fuerzas Armadas en esta cuestión, cosa que, cada vez que se dice, le provoca risa a Mc Caffrey, según Aráoz.

Tal postura, en principio, será rubricada por Clinton en el discurso que pronuncie allá.

 

LOS COLLAS PIDEN QUE INTERVENGAN CLINTON

Reunión: los indígenas dejaron un documento en la Embajada de los Estados Unidos para que el presidente de ese país medie en su reclamo.

Los 130 collas salteños instalados en la Capital para reclamar tierras supuestamente usurpadas por una empresa norteamericana fueron recibidos ayer por el agregado cultural de la embajada de los Estados Unidos.

Uno de los líderes de la movilización, Eusebio Condori, entregó un petitorio al funcionario para que lo remitiera al presidente Bill Clinton.

En el documento se solicita "la intervención del jefe del Estado para que se devuelva la paz, la tranquilidad y la felicidad a nuestros pueblos, que hoy se encuentran ausentes ante las fuerzas y ataques recibidos de una empresa del país que usted gobierna". El agregado se negó a dialogar con la prensa y a dar a conocer su nombre. Sólo agradeció la entrega de la carta y prometió: "Haré lo posible para que llegue a manos del presidente".

La zona en disputa comprende 79.000 hectáreas del ingenio salteño de San Martín del Tabacal, donde habitan cuatro comunidades collas.

 

PROTESTAN EN MUNRO POR LAS EMISIONES DE UNA EMPRESA QUÍMICA

 

Gases: al tiempo que se ve salir humo de la chimenea y hay barriles con tóxicos almacenados, la firma dice que sólo es vapor de agua.

Un grupo de personas que vive en los alrededores de la planta química de la empresa Atanor, situada en la localidad de Munro, partido de Vicente López, afirmó que la fábrica produce una seria contaminación ambiental que los afecta gravemente.

"Nosotros y nuestros hijos tenemos serios problemas respiratorios, reacciones alérgicas, dificultades visuales y otros cuadros de mayor gravedad, como consecuencia de respirar constantemente los gases que emana la química Atanor. Nos sentimos indefensos ante esta gran empresa que parece tener atados todos los resortes para trabajar sin que a nadie le importe si contamina el ambiente o nos mata de a poco", se quejó uno de los vecinos.

Medianera de por medio, las familias siguen desde hace mucho tiempo los movimientos de la industria química que produce, en el corazón de este partido de 300.000 habitantes, formol y sus derivados -resinas-, y almacena agua oxigenada, metanol y acetatos, según informaron Nilda Di Bartolo y Jorge Vigil, gerentes de Asuntos Legales y de Desarrollo, respectivamente, de Atanor.

Estas son quejas con historia: el 29 de septiembre de 1995, el suplemento Norte de La Nación dio cuenta de reclamos por una intensa nube de formol (en abril de ese año) que había tornado irrespirable el ambiente, y por una explosión ocurrida el 28 de julio dentro del establecimiento, que esparció material sólido por el aire, alcanzando a la vecina Gladys Luz Cruz, que pasaba por la vereda, a quien le ocasionó ceguera transitoria y quemaduras en todo el cuerpo.

En diciembre de 1994 explotaron unos tanques y el derrame alcanzó la calle Almafuerte; allí, los vecinos observaron que al paso del líquido el asfalto se corroía.

Las denuncias de los atribulados ciudadanos llegaron a la Municipalidad de Vicente López, a la Secretaría de Política Ambiental de la provincia de Buenos Aires, a distintas organizaciones no gubernamentales defensoras del ambiente, al ombudsman nacional y a la prensa.

Sus reclamos fueron acompañados de estudios médicos y filmaciones en las que se ve cómo se desprenden los gases de la chimenea y un importante número de barriles -con la inscripción peróxido de hidrógeno- están almacenados al sol y son enfriados con el chorro de gruesas mangueras.

La Comuna de Vicente López explicó que la responsabilidad del control ambiental y de los procesos que efectúa corresponde a la provincia por tratarse de una empresa de tercera categoría, pero señaló que "se estableció un cordón para brindar una atención sanitaria especial y prioritaria a los vecinos afectados".

Trascendió en el ámbito de la Comuna que una importante toxicóloga de la Universidad de Buenos Aires estudia una treintena de casos para observar si las afecciones que presentan los pacientes pudieron producirse por efecto de los fenoles, amoníacos y formaldehídos a los que estarían expuestos en forma cotidiana.


Fuente: http://www.lanacion.com.ar/74745-un-argentino-sera-el-titular-de-la-dea-en-buenos-aires