Aniversario de la SEDRONAR

SEDRONAR Luz al final del túnel. Idea organizadora de gestión conjunta de las políticas de drogas. Con valor internacional. Modelo sin igual imitado por casi todos los países y reproducido a nivel de las Provincias. Unión de la Reducción de la Demanda con el Control de la Ofertas. Cuando aún no existías hablé de Prevención como miembro de la Delegación a Viena ante la Comisión de Drogas de la ONU y me preguntaban si hablaba de la Prevención del delito. Era un pichi que  integraba la delegación del gran Delegado del país el Dr. García Fernández, Profesor Emérito de la UBA.

Nos invitaron a Estocolmo a una reunión de las ONGs y fuimos con Carlos Novelli, Silvia Alfonsín, Jorge Castro y Pipo Rossi a decir nosotros aquí estamos.  A la vuelta formamos FONGA para gestionar ante las autoridades en forma colectiva, capacitar a los Operadores, integrar fuerzas.

En poco tiempo demostramos la posibilidad de hacerlo. Fuimos a Colombia donde en Cartagena reconocieron la membresía que al país le quitaron por malos manejos de un Congreso que no se hizo.

Después se inició la SEDRONAR  y nos sorprendió saber que nosotros, únicos interlocutores de la Sociedad Civil éramos desconocidos voluntariamente por las autoridades nombradas. Se nos quería explicar que todo estaba resuelto.  Y nosotros palpamos lo contrario. Como quería Olivienstein:”Contra las adicciones pero al lado del adicto”

Después las gestiones mejoraron: lo logró Julio César Aráoz, Eduardo Amadeo, Lorenzo Cortese que nos hicieron sentir el orgullo de tener una repartición pública atenta a las necesidades del país a la vez que respetada por todos los países a muchos de los cuales en América del Sur capacitamos con la OEA y la Fundación CONVIVIR. –

Y luego nos tocó encabezar la institución señera de las adicciones. Y pudimos ponerla al día sin discriminar a nadie y con el apoyo de todo el personal, comprometido con la tarea preventiva y asistencial.

Y ahora nos toca batallar contra los que quieren despenalizar sin conocer ni el texto ni la intención de la Ley 23.737 a la que se oponen por reflejo automático y no por reflexión.

Ya el Presidente uruguayo retrocedió en su improvisada propuesta lindante con lo irracional. ¿Podría acaso un Estado signatario de las Convenciones internacionales de 1961,1971 y 1986 pasar a cultivar drogas ilegales? ¿Acaso las famosas mulas cuyos derechos se defienden no son concientes de que cometen un delito al transportar droga?¿O pueden tener más derechos que los pobres que como dice el Padre Pepe di Paola “se drogan para seguir viviendo? ¿O más derechos que los pacientes a los que la llegada de droga perjudica?

Saludo a todos los que han colaborado con esta tarea, desde su pertenencia al personal de la SEDRONAR, desde las ONGs y los que por lo menos en estas semanas reciben una nueva luz. La de la esperanza que la racionalidad que prevaleció en los debates de las ONGs en el Congreso Nacional sea el instrumento de una gestión  actual en manos del Dr. Rafael Bielsa, que honra actualmente el cargo de Secretario de Estado.

Un especial saludo al Episcopado Nacional que ha participado a través de la Pastoral Social  en la gestión de  una Ley de Prevención Educativa amplia y abarcativa que dictada en 2009 aguarda ser reglamentada y aplicada.

Dr. Wilbur Ricardo Grimson

Médico Psiquiatra

Ex SEDRONAR (2002-2004)

 

Presidente de la Fundación de Prevención Social


 

Drogas: Situación Actual

Si algún mérito reúnen las sucesivas gestiones que desde 1989 fueron designadas a cargo de la SEDRONAR, ha sido el de mantener el modelo unitario integral en la gestión de  las políticas de drogas. Y ocupar el más alto nivel factible  a nivel del Poder Ejecutivo Nacional para tal ejercicio. Lo inició Alberto Lestelle y lo aplicaron Julio César Araoz,  Eduardo Amadeo, Lorenzo Cortese, el firmante de esta nota y José Ramón Granero.  La iniciativa debe poseer algún mérito por cuanto hoy la casi totalidad de los países de las Américas lo aplican, no sin alabar la iniciativa de nuestro país. Hasta los EEUU reunieron  a la DEA con el NIDA (Instituto de Abuso de Drogas de los Institutos de Salud) a través de la Oficina de Coordinación que casualmente asienta en  la West Wing de la Casa Blanca.

Cuando en el país se avanza hacia un  desmembramiento irracional de las políticas y de la implementación eficaz de esta valiosa unidad que llevó a capacitar entre nosotros  a muchos de los actuales encargados de las políticas de las Américas para actuar en sus respectivos países, esa colectividad de naciones,  reunida en la CICAD, acaba de designar a quien ejerciera la máxima autoridad en esta etapa, para presidir la gestión colectiva en el plano internacional. Buen reconocimiento a todo lo hecho en diferentes etapas –que es mucho- y mala noticia para dar la cara en el concierto de las naciones americanas con propuestas desorganizadoras.

El manto de la pregonada despenalización del consumo no alcanza para justificar este desmadre, como tampoco para haber quitado a la SEDRONAR  en los últimos tiempos la responsabilidad de capacitar a las Fuerzas de Seguridad, y a los Fiscales Federales. Esto también debilita su llegada a profesionales, docentes, voluntarios y operadores. .Se ha reemplazado esta acción por una ideología permisiva, tolerante y a mi juicio dañina que está en franco retroceso en el mundo. Por caso Holanda –tan frecuentemente citada- ha endurecido su postura tolerante, así como lo ha hecho Rusia. Y la opinión pública consultada por la Proposición 19 en California fue ampliamente derrotada cuando proponía la legalización del consumo de marihuana.

No alcanza entonces con revestir de progresismo una postura que aumenta los riesgos de la salud pública de la población  postulando la defensa de  derechos constitucionales que si acaso podrían discutirse  en el caso de los actos privados, escapan claramente a la racionalidad en el caso de las conductas públicas y masivas que  producen daños irreversibles en alto porcentaje.

Se ha difundido oficialmente entre los docentes,  y por lo tanto sus alumnos,  en documentos no fundados en evidencia,  la aseveración temeraria de  que hay consumos “recreativos”, cuando se sabe que superado ese  grado inicial   se  desconoce el riesgo y el daño es difícil de evitar. Se atribuye inocuidad  a nuestros niveles de consumo de cocaína cuando superamos a todos los países con la excepción de los EEUU de Norteamérica.

Lo que ocurre es que se ha dejado de lado la prevención del consumo ignorando que nadie tiene derecho a dañarse por ignorancia. Al ignorar el concepto de riesgo, toda prevención se vuelve inocua y deja avanzar el abuso promovido por la necesidad de lograr resultados imaginarios. Porque el uso desmedido de drogas se basa en el acostumbramiento del organismo y el debilitamiento del efecto que produce la misma cantidad consumida repetidamente. Pero quien usa drogas está comprando un extra ilusorio que quiere agregar a sus capacidades. O quiere hacer desaparecer su hambre como en el caso del paco, o quiere adelgazar hasta dañarse como en el caso de las anfetaminas, o quiere resultar más atractivo, o más fuerte o más exitoso. Y las ilusiones venden pronto pero tienen las patas cortas. Lo que si aumenta día a día es el número de los que buscan  plazas de tratamiento. Y es reducida nuestra capacidad  de brindarlas.

También  se nos quiere hacer creer en la ambulatoriedad como el mejor recurso –lo cual no está comprobado-  y quienes conocen el campo saben que el proceso de recuperación aquí como en cualquier lugar del mundo,  es lento, prolongado y requiere equipos capacitados y su extensión a todas las regiones del país.

La banalización del problema ignora los resultados de los diferentes Observatorios  de Drogas que se han ido instalando en el país, así como pasa por alto  las opiniones  de la mayor parte de las reuniones de profesionales y no profesionales registradas en los últimos meses. También se ignora el reclamo de las Madres que luchan contra las Drogas y de las Organizaciones no Gubernamentales que trabajan denodadamente en el Campo.

Los reiterados reclamos del Episcopado Nacional de advertir que atrás de esta enfermedad adictiva se encuentra un daño espiritual y social no parecen haber sido escuchados. Como tampoco  se obtuvo la  Reglamentación necesaria la Ley de Prevención que fue aprobada por el Congreso Nacional en el 2011 y yace adormecida en algún cajón.

Estamos convencidos de que un debate abierto de estas cuestiones  volcaría la opinión pública en contra de de liberación del consumo permitiendo en cambio una reducción del problema y una oportunidad de recuperación a los ya dañados. Es lo que el país merece lograr.

Dr. Wilbur Ricardo Grimson

(ex Secretario SEDRONAR 2002-2004)

 

Presidente de la Fundación de Prevención Social


El consumo de drogas no debe ser liberado

Hoy nuestra sociedad asiste a un debate que reclama la liberalización del consumo de las denominadas drogas ilegales aduciendo que esta posición se basa en el derecho individual.

Es posible que esto pueda sostenerse para el ámbito de las acciones privadas, pero resulta difícil de admitir para las conductas públicas, donde las Convenciones Internacionales (Viena 1961,1971,1986) que hemos redactado y ratificado fijan criterios adversos a tal concepción.

Si bien el crecimiento del fenómeno del consumo de drogas desborda las previsiones, el resultado de una mayor tolerancia social nos llevaría a un descontrol que algunos países han soportado con serias dificultades.

Por caso Suecia, que liberalizó el consumo y debió volver atrás, o Colombia, donde la liberalización se debió revertir por el mismo fenómeno. O Suiza, que autorizó el uso de estaciones de tren abandonadas para los que quisieran inyectarse en vena, y debió modificar la decisión cuando los sitios fueron copados por el narcotráfico.

Nadie va a festejar tanto la liberalización del consumo como quienes trafican con las drogas y así verían multiplicado el alcance de su negocio.

Es que el consumo de sustancias tóxicas, que venden una ilusión pero dañan el sistema nervioso central, es el mal de la época y no puede creerse ingenuamente que beneficia más que a sus propiciadores mercantiles. Del otro lado del mostrador se recibe diariamente a las víctimas que iniciaron un camino de difícil retorno, ignorando los riesgos . La recuperación no sólo no es fácil sino que en muchos casos es dudosa por el deterioro de la persona, sus valores y sus proyectos.

El daño del consumo abusivo no sólo afecta al organismo del individuo. Daña al tejido social que lo acompaña en su vida familiar, en su trabajo y en su desempeño. Y es por eso que más daña donde menos recursos existen, como en los casos denunciados por los sacerdotes villeros liderados por el Padre Pepe di Paola.

El documento en que se basan se titula”En la villa la droga ya está despenalizada”. Resulta significativo que el Episcopado Nacional no sólo los ha reconocido en forma institucional, sino que ha propuesto con diversas ONGs al Congreso Nacional una Ley de Prevención (2009) que se aprobó, pero lamentablemente no se ha implementado.

La prevención nos debe ubicar al lado de las familias que buscan orientación y de los docentes que deben implementar este objetivo en todos los niveles. Esta tarea no es meramente informativa y se complementa con la promoción de experiencias significativas que encarrilan a las personas, sean jóvenes o adultos, cuando promueven la solidaridad social . Esto demuestra que las desigualdades pueden corregirse con esfuerzo, con conocimiento y con búsqueda de futuro. Si quien se droga privilegia el instante, debemos promover los esfuerzos de quienes apuntan a un futuro compartido.

Así lo entendieron quienes desde el organismo que se creó para coordinar y representar en el exterior las políticas de drogas de nuestro país, la SEDRONAR, convocaron a las ONGs para esta tarea que compromete a la sociedad toda. Y me refiero en especial a Julio César Araoz, Eduardo Amadeo y Lorenzo Cortese.