El despilfarro al que han sido sometidas Venezuela y Bolivia, de sus recursos naturales de petróleo y gas respectivamente, junto con una irresponsabilidad absoluta del manejo de políticas públicas en energía en Argentina, son “modelos” –en realidad anti-modelos- para estudiar lo que verdaderamente no debe hacerse en relación a energía (entiéndase: petróleo, gas, electricidad, etc.).

De Venezuela y Bolivia hemos comentado bastante. Pero en diciembre 2013 se desnudó el problema argentino: una impericia y un descuido de las políticas públicas energéticas que no tienen parangón en la historia económica latinoamericana con resultados nefastos para los ciudadanos argentinos: cortes del servicio eléctrico a principales ciudades de ese país.

Esos cortes de suministro afectaron a millones de ciudadanos. La preocupación fue tal que motivó a que exministros de Energía de Argentina elaborarán un muy preciso documento/crítica a la administración de Cristina Fernández. Emilio Apud, Julio César Aráoz, Enrique Devoto, Roberto Echarte, Alieto Guadagni, Jorge Lapeña, Daniel Montamat y Raúl Olocco identificaron claramente la responsabilidad de la actual administración gubernamental argentina en la crisis eléctrica por la que Argentina atraviesa. Aunque el Gobierno esgrimió un pobre justificativo indicando "exceso de demanda eléctrica”, que -notoriamente- no corresponde a la verdad y que más bien no oculta su impericia en el tema hidrocarburos/energía.

Conforme establece el ordenamiento legal argentino la “responsabilidad indelegable y directa” corresponde al Estado cuando se trata de un servicio público como el eléctrico, no importando si el mismo está concedido a manos privadas, en razón a que el Estado argentino –a través de sus mecanismos correspondientes- tiene la obligación de fiscalizar, regular y anticipar cualquier crisis en el sector, para evitar así daño a sus ciudadanos.

En Argentina, pese a la importancia del sector, no existe un Ministerio de Hidrocarburos o de Petróleo y Gas como hay en Venezuela y Bolivia, el sector depende del Ministerio de Planificación Federal a través de una Secretaría de Energía, aunque dada la importancia del sector debería tener rango de Ministerio.

Crisis pronosticada

Desde 2009 los exministros (secretarios, en realidad) argentinos vienen alertando de la crisis energética que hoy parece no tener salida inmediata, por ello siguen los cortes eléctricos en principales ciudades, con sus consiguientes perjuicios. Argentina está en problemas energéticos, como analizamos en diciembre pasado, por una ausencia de políticas públicas concretas y de largo plazo para el sector.

A fines de 2013, por ejemplo, la potencia instalada alcanzaba los 31.399 MW (megawatio) con claro aumento en la demanda pero no en la oferta (generación eléctrica: 22,3% versus demanda: 45%).

Se nota "desprolijidad" -como indican los exministros- de todo el sector hidrocarburos/energético/eléctrico, particularmente.

Aunque en su propia defensa el gobierno argentino responsabiliza a las compañías privadas de "pocas inversiones" realizadas en el sector, omiten indicar que la inestabilidad política argentina no es un escenario atractivo para nuevas inversiones en exploración o explotación de gas, para generación eléctrica por ejemplo. Similar escenario político inestable se observa en Bolivia o Venezuela y vean como están sus sectores petrolero y gasífero.

Un arcaico sistema de subsidios, junto a una legislación anacrónica han completado ese cuadro siniestro en el que se desenvuelve el sector –particularmente- eléctrico argentino, habiendo mantenido tarifas totalmente irreales comparativamente con otros países haciendo perforaciones de la economía argentina para mantener ese aparente nivel de precios.

Aumento de la deuda

El consumo de electricidad con tarifa subsidiada es aproximadamente el 80% del total y paga menos del 30% del costo real. El Estado pone dinero para tapar ese boquete. El déficit generado en el mercado mayorista por este motivo, pasó de apenas 165 millones de dólares en 2003 a la impresionante cifra de 5.255 millones en 2013, acumulando en el período 2003-2013 cerca de 26.600 millones. En la que denominan "década ganada" se despilfarraron el "subsidios" eléctricos la barbaridad de 26.000 millones de dólares, que para cualquier economía latinoamericana es monstruosamente grande.

Y ojo que en el análisis no se toma en cuenta los subsidios destinados a la importación de gas natural (desde Bolivia, entre otros), que están en el orden de los 6.000 millones de dólares anuales adicionales.

Me suscribo a lo que los exministros de Energía de Argentina concluyen: “los cortes son, entonces, la consecuencia de una política oficial irracional que aplicó el gobierno nacional en estos 10 años”.

Política inestable

La crisis energética que atraviesa Argentina es parte de un escenario político candente e inestable y en materia de hidrocarburos subrayo lo que los exministros dijeron con toda claridad: “El tema de la energía en nuestro país, no se puede resolver con medidas aisladas y mucho menos de carácter populista y demagógico”.

No es posible gobernar un país mintiendo con relación a los recursos energéticos.

Y por si acaso el camino de una reestatización de las compañías privadas generadoras/distribuidoras de electricidad -si es que así estuviera pensando algún bravucón chauvinista- no es recomendable porque sólo aportaría mayor caos y mala imagen al país, emulando la cuestionada “nacionalización” de hidrocarburos en Bolivia que hasta la fecha continúa pagando por daños y perjuicios en procesos internacionales (arbitrajes).


Fuente: http://www.eju.tv/2014/02/la-crisis-energtica-de-argentina-sin-salida/