l déficit de petróleo y gas que presenta la Argentina es una de las imputaciones más serias y sistemáticas que recibe el Gobierno por parte de la opinión especializada. El miércoles pasado, ocho ex secretarios de Energía (Emilio Apud, Julio César Aráoz, Enrique Devoto, Roberto Echarte, Alieto Guadagni, Jorge Lapeña, Daniel Montamat y Raúl Olocco) suscribieron un documento que expresa esa preocupación por la caída de reservas y de producción de hidrocarburos entre 2003 y 2010. Destacaron que la Argentina es el único país de la región donde la oferta de estos productos se retrajo.

La inquietud de estos ex secretarios, que proceden de distintas corrientes políticas, coincide con otra noticia del mercado de los hidrocarburos. Repsol YPF continúa su retirada de YPF, su filial argentina. A fin del año pasado, la compañía española se deshizo del 3,3 por ciento de sus acciones, vendido en partes iguales a los fondos Eton Park y Capital. Durante este mes, vendió a Lazard Asset Management el 3,8 por ciento, y en las próximas semanas continuará con ese plan de desinversión.

Uno de los ex secretarios, Alieto Guadagni, señaló que la causa principal de la declinación de la oferta de gas y petróleo es la menor producción de YPF. La tesis de Guadagni coincide con la información que la propia empresa proporcionó a comienzos de este mes a la Comisión Nacional de Valores (CNV) y, el año pasado, a la Securities and Exchange Commission de Nueva York (SEC, por sus siglas en inglés).


Cuatro tendencias

De esa información contable surge que YPF está afectada por cuatro tendencias preocupantes: disminución de las reservas, aumento del endeudamiento, desproporción del reparto de dividendos respecto de las ganancias y reducción del patrimonio.

Consultados los directivos de la empresa sobre la información contable que se consigna en esta nota, no formularon comentarios y remitieron a la conferencia realizada en YPF en diciembre sobre eventuales reservas de gas no convencional.

Según los estados contables al 31 de diciembre, y a pesar de esas declaraciones de directivos de la empresa a fines del año pasado, la producción de petróleo de YPF durante 2010 cayó el 3,6%, y la de gas, 7,9 por ciento.

A estas cifras se puede acceder en el sitio web de la CNV ( www.cnv.gob.ar ). Allí y en los formularios enviados a la SEC ( https://imagenes.repsol.com/ar_es/20-f_tcm51-568674.pdf ) se informa que las reservas probadas de petróleo de YPF representan hoy sólo el 35% de las que compró Repsol en junio de 1999. En aquel momento declaró tener 1517 millones de barriles. Hoy declara 531 millones de barriles de reservas probadas. En su ecuación actual, por lo tanto, YPF agotaría sus reservas probadas de petróleo en casi 5 años.

Las reservas de petróleo siguieron disminuyendo después del ingreso del Grupo Petersen (de la familia Eskenazi) a la empresa, en febrero de 2008.

A fines de 2007, eran de 623 millones de barriles. Al 31 de diciembre de 2010, última medición que surge de los estados financieros, fueron de 531 millones de barriles de reservas probadas. Como la compañía declaró una producción de 107 millones de barriles durante 2010, hay que calcular que el horizonte de reservas no supera, a ese ritmo de extracción, los 5 años.

La disminución de reservas coincide también con una disminución de la producción declarada por YPF: 120 millones de barriles en 2007, 115 millones en 2008, 111 millones en 2009 y 107 millones el año pasado.

Con las reservas probadas de gas natural sucede algo similar. A fines de 1998, YPF había declarado ante la SEC 10,3 billones de pies cúbicos. Como la producción fue de 518.000 millones, tenía reservas por 20 años. Según el último dato informado por la compañía, de aquellas reservas sólo quedó el 24 por ciento.

En los tres años transcurridos desde la argentinización, la reducción fue del 28%: a fines de 2007 eran de 3,7 billones de pies cúbicos, pero a fines de 2010 fueron de 2,5 billones. Como la producción declarada en 2010 fue de 491.000 millones, hay que prever que, de no incorporar otras nuevas, YPF agotaría sus reservas probadas de gas en 5 años (en este contexto debe leerse el anuncio de diciembre último sobre eventuales reservas de gas no convencional, que todavía no fueron probadas).


Reposición

Por lo general, las empresas de petróleo y gas tienen entre 10 y 15 años de reservas. Esto significa que descubren el 10 por ciento de las reservas que tienen y reponen el 100% de lo que extraen año tras año.

A pesar de lo informado por la compañía a fines de 2010, las reservas consumidas de gas y petróleo no fueron repuestas en su totalidad. En el caso del gas, la empresa informó extensiones, descubrimientos y recuperación mejorada por 51.000 millones de pies cúbicos, frente a una producción de 491.000 millones.

La reducción de reservas de petróleo y gas se corresponde con una menor participación de YPF en la producción de esos hidrocarburos en el país. Esta se redujo del 55% en el año 2000 al 40% en 2010. La participación en la producción de gas fue del 45% al 35% en el mismo período. La reducción de las reservas de petróleo y gas de YPF es coherente con el retroceso de las inversiones, según los propios informes a la SEC y a la CNV. Es cierto que esta tendencia se corrigió en 2010.

Por lo general, las inversiones de las petroleras superan en por lo menos un 50 por ciento lo que amortizan en dólares, lo que les permite mantener el ritmo de la producción. La inversión de YPF cayó entre 2008 (US$ 2212 millones) y 2009 (US$ 1503 millones). En 2010, la compañía corrigió esa disminución e invirtió US$ 2200 millones, lo que significa un incremento del 47 por ciento.

La paradoja que presenta esta empresa es que, mientras las reservas disminuyen y la inversión decrece, los dividendos que se reparten los accionistas aumentan.

Durante la actual gestión, es decir, desde comienzos de 2008, YPF ganó 13.380 millones de pesos (3901 millones en 2008, 3689 millones en 2009 y 5790 millones en 2010). En el mismo lapso, distribuyó $ 18.628 millones. Para este año, la empresa propone distribuir otros $ 6622 millones, según comunicó a la Bolsa el 2 de este mes. En consecuencia, la distribución total de dividendos desde comienzos de 2008 es de $ 25.250 millones.

El ritmo de distribución de dividendos de YPF no tiene comparación con el de ninguna otra compañía. Si se repasa el índice conocido como dividend yield de las petroleras hasta este mes (es el ratio entre el dividendo y el valor de la acción, es decir, entre el dividendo que paga la compañía y el valor de ésta), según información publicada por Yahoo Finance, YPF es la que reparte un dividendo más alto. Ese dividend yield es de 6 por ciento en YPF; 4,50 por ciento, en Total; 4,90 por ciento, en Shell; 3,50 por ciento, en Conoco; 2,90 por ciento, en Chevron, y 2,10 por ciento, en Exxon.


Compra de Acciones

La generosidad en la distribución de dividendos se relaciona con el modo en que los socios argentinos adquirieron sus acciones. La compra del 15,4% de YPF, realizada por el Grupo Petersen, en febrero de 2008, significó un desembolso de 2235 millones de dólares. Casi todo ese monto se integró con deuda. Chervil Capital Investment –una subsidiaria del banco Credit Suisse– otorgó US$ 72 millones. Un consorcio de bancos aportó US$ 1026 millones. Y Repsol, la vendedora de las acciones, prestó US$ 1015 millones.

Las deudas contraídas en esa operación se han ido pagando con dividendos de la propia compañía. Para que tal operación fuera posible, YPF informó a la SEC que, por un acuerdo de sus accionistas, ha decidido repartir en dividendos hasta el 90% de sus ganancias netas declaradas, según normas argentinas, durante diez años.

También la española Repsol se beneficia con esa política, que le ha permitido ir cobrando el 84 por ciento de esos dividendos.


Endeudamiento

A todos estos datos –caída de reservas, reducción de la inversión y política de dividendos– hay que agregar otra información, también provista por los balances presentados por YPF a la CNV: el deterioro de la situación financiera de la empresa debido a su endeudamiento.

El activo de la empresa, desde el ingreso del Grupo Petersen, fue de los $ 38.102 millones el 31 de diciembre de 2007 a $ 46.589 millones el 31 de diciembre de 2010, lo que significa un incremento del 22%. El pasivo aumentó, entre las mismas fechas, de $ 12.042 millones a $ 27.549 millones, es decir, un 129 por ciento.

Este incremento de las deudas se corresponde con la necesidad de solventar la inversión en una empresa que destina el 139% de las ganancias a recompensar a los accionistas (con la última propuesta de dividendos la proporción se eleva a 189 por ciento).

El patrimonio de YPF pasó, entonces, de $ 24.416 millones a $ 19.040 millones. Este monto no incluye el último pago de dividendos propuesto, de $ 6622 millones. Antes de esa distribución, al 31 diciembre último, el pasivo representa el 142% del patrimonio.

YPF ofrece otra peculiaridad: es la única empresa del sector que puso su conducción operativa en manos de un socio minoritario, que no controla más que el 15,4%. La familia Eskenazi, propietaria de Petersen Energía –empresa radicada en España–, designó al vicepresidente del Directorio, Enrique Eskenazi; al gerente general, Sebastián Eskenazi, y al director general de Operaciones, Ignacio Morán. Los dos últimos son responsables del manejo ejecutivo y operativo de la compañía.

129%
Fue el incremento del pasivo de YPF entre diciembre de 2007 y el mismo mes del año pasado.


Un perfil que preocupa

Tendencia De la información contable de YPF surge que la empresa está afectada por la baja en las reservas, el alza del endeudamiento, la desproporción del reparto de dividendos respecto de las ganancias y la reducción del patrimonio.