NUEVAS INSTRUCCIONES LA RELACION CON WASHINGTON:


Instruyó al secretario Julio Aráoz para que exponga el martes sus iniciativas en Washington · Quiere que los argentinos coordinen su acción con el poderoso Comando Sur norteamerican.

El miércoles por la mañana, el secretario de Prevención y Lucha contra el Narcotráfico, Julio César Aráoz, escuchó las instrucciones del Presidente: "Hay que dejar en claro que queremos colaborar en todo lo que podamos con los Estados Unidos", le dijo Carlos Menem.

Aráoz había ido a la Casa Rosada a participar de un acto sobre la niñez desamparada y de pronto se encontró en el despacho del presidente Menem, quien estaba muy interesado en conversar sobre el viaje que Aráoz emprenderá hoy a los Estados Unidos.

Es que esta semana el Gobierno dará el primer paso para concretar la oferta de una colaboración militar más intensa en la lucha contra el narcotráfico que el presidente Menem prometió hace diez días en la Casa Blanca, durante su larga entrevista con su colega Bill Clinton.

Eso ocurrirá el martes a las 11, en la elegante sede de la Embajada argentina en Washington. Allí, bajo el formato de un seminario de acceso "reservado", Aráoz fijará la nueva posición del Gobierno en relación a la lucha contra el narcotráfico.

Aráoz compartirá el estrado con su colega norteamericano, Barry McCaffrey, un general que fue jefe del Comando Sur del ejército de los Estados Unidos y que ahora maneja un presupuesto de 15 mil millones de dólares para combatir la droga.

"Hasta ahora no nos han dado ninguna ayuda, pero si me la ofrecen yo abro las manos", dijo Aráoz a Clarín. Aráoz es un menemista de la primera hora que ya ocupó varios cargos en este gobierno: fue secretario de Energía, ministro de Salud y Acción Social e interventor en la provincia de Tucumán.

El seminario es organizado por el embajador Raúl Granillo Ocampo, quien invitó a un puñado de funcionarios y legisladores norteamericanos y a algunos embajadores latinoamericanos. Ya confirmaron su asistencia Bob Gelbard, encargado de la política internacional sobre drogas de los Estados Unidos, y William Morris, responsable de reprimir el lavado de dinero.

El jueves, luego de su visita al despacho presidencial, Aráoz estuvo en el Ministerio de Defensa, donde conversó con Jorge Domínguez sobre la reunión del martes. Así se lo aconsejó el Presidente para que no haya celos entre ambos funcionarios sobre un tema tan sensible.

Desde hace años, los funcionarios norteamericanos vienen presionando a la Argentina y a otros países de la región para que los militares tengan un rol protagónico en la lucha contra el narcotráfico.

En el Gobierno se resistían pero la presión debió haber sido muy fuerte: fue Menem quien propuso a Clinton en Washington una "alianza amplia, extra OTAN", en relación a los acuerdos militares especiales que los Estados Unidos han firmado con un puñado de países como Israel, Egipto y Jordania.

El miércoles, al recibir a Aráoz, Menem definió por qué está impulsando un rol más activo de los militares en esa lucha. "Para nosotros, el narcotráfico ha dejado de ser un asunto de delincuentes comunes; ha pasado a ser una cuestión que compromete la seguridad del Estado". Ese es, precisamente, el punto de vista norteamericano.

En ese marco, Menem y Aráoz repasaron cuál será la oferta concreta al gobierno norteamericano, para alinear aún más la política exterior con Washington: Los militares argentinos coordinarán su tarea con el Comando Sur del ejército de los Estados Unidos, cuya sede está en Panamá. En estos tiempos, la lucha contra el narcotráfico aparece como la hipótesis de conflicto más importante de los norteamericanos en América latina.

Las Fuerzas Armadas harán inteligencia exterior, pero fronteras adentro solo reforzarán su apoyo logístico a la Policía, la Gendarmería y la Prefectura, que son las encargadas de la lucha directa contra los narcos.

 

Una puera abierta

En el Gobierno sostienen que, por ahora, no es necesario que los militares tomen el lugar de las fuerzas de seguridad. Además, algunos funcionarios argumentan que eso está prohibido por la Ley de Seguridad Interior pero esa interpretación no despierta un consenso unánime: hay quienes sostienen que la ley deja una puerta abierta, pero solo en casos de extrema gravedad.

La Fuerza Aérea tendrá a su cargo el control del tránsito y del tráfico áreo. Esta es una de las mayores preocupaciones de los Estados Unidos ya que la Argentina está catalogada como un país de consumo, y no solo de tránsito de drogas.

Por eso, el Gobierno piensa radarizar todo el país. Se trata de un negocio de unos 540 millones de dólares, que forma parte de la otra cara de la lucha contra el narcotráfico.

El primer tramo del proyecto es por 180 millones de dólares y la licitación pública internacional estará lista dentro de 30 ó 60 días: hay, al menos, tres empresas interesadas (de origen norteamericano, francés e italiano) que despiertan simpatías diversas dentro del oficialismo.

Si no cambia de idea en el camino, Aráoz piensa plantear un tema que no causa mucha gracia en los Estados Unidos: para el Gobierno, las culpas por el auge del narcotráfico no pertenecen solo a los países productores sino también a los grandes consumidores, como es el caso norteamericano, que ofrecen un amplio y atractivo mercado. De acuerdo con Aráoz, "ya no hay países que son solo productores, de tránsito o consumidores. Es el caso de la Argentina: antes era solo un país de tránsito, pero en los últimos años creció el consumo".


Fuente: http://edant.clarin.com/diario/96/12/15/t-00211d.htm